jueves, 6 de diciembre de 2012

Crisis Económica - Más cerca de la recesión

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Por  Alejandro Iturbe
 
A finales de 2011 e inicios del 2012, los pronósticos de los organismos financieros internacionales del imperialismo (OCDE, FMI, BM) señalaban que, luego de la frágil recuperación de finales de 2009 y 2010, la economía mundial estaba desacelerándose y su dinámica abría la posibilidad de una nueva recesión. En ese momento, coincidimos con ese diagnóstico y lo ubicábamos en el marco de la crisis económica más profunda abierta en 2007.

Los organismos internacionales alertaban que esta dinámica podía verse rápidamente acentuada y dar un salto si se producía un "acontecimiento negativo mayor en la zona del euro”. Es decir, si Grecia rompía con el euro luego de las elecciones de mayo pasado, por las consecuencias que esto tendría en Europa y en el mundo.

Ese  "acontecimiento negativo mayor" noseprodujo: el resultado de las elecciones griegas, con el triunfo del partido de derecha Nueva Democracia, le permitieron evitarlo a la Unión Europea (UE)  y al imperialismo. Pero esto no significa que haya resuelto ninguno de los problemas de Grecia (que vuelve a vivir el ciclo de fortísimos ajustes para refinanciar su deuda, luchas obreras y crisis política), de la zona euro ni de la UE. Aunque evitó caer en él, la UE continúa bordeando el abismo.

Al mismo tiempo, se confirmó plenamente la tendencia a la desaceleración de la economía mundial. Esta tendencia se ha acentuado en este año, aunque no dio un salto. Es decir no podemos caracterizar la situación económica mundial de conjunto como una recesión. Pero estamos más cerca de ella y yendo en esa dinámica. En este marco, veamos la situación de los diferentes sectores:

Europa: el polo más débil


Europa sigue siendo el polo imperialista más débil. La UE estuvo “oficialmente” en recesión a largo de casi todo 2012. Las situaciones específicas van desde la depresión griega (el PIB cayó 25% en los últimos años, una cifra mayor que la caída de Argentina en 1999-2002), pasan por la “recesión profunda” caracterizada por el Banco Centra Español y también en Portugal, al muy pequeño crecimiento alemán (se estima que este año será de 0,9%).

Pero la dinámica es que la situación tiende a agravarse y a expandirse desde los polos más débiles a los más fuertes. Por ejemplo, Alemania creció sólo 0,2% el tercer trimestre de 2012, Gran Bretaña ya entró en recesión y hasta los países más “sanos” financieramente, como Bélgica o Austria, registran crecimientos nulos o negativos. Esta dinámica tenderá a acentuarse en 2013. Seguramente, se combinará con las crisis políticas de diferentes gobiernos por su desgaste en la aplicación de planes de ajuste cada vez más duros, y las luchas crecientes de los trabajadores, cada más unificadas a nivel del continente, como indicó la jornada de 11 de noviembre pasado (11N).

EEUU también se frena

La economía de EEUU también está frenándose. En 2012, se estima un crecimiento de 2% (contra los picos de 3% logrados en 2010 y parte de 2011). En el tercer trimestre hubo, además, un fuerte freno de la producción industrial. Aún no es recesión pero sí lo que Noiuriel Roubini llamó “crecimiento anémico). Estructuralmente, la burguesía imperialista estadounidense está mejor que la europea: la productividad, la tasa de explotación y la tasa de ganancia han mejorado bastante. Pero no hay una oleada inversora sostenida. En otro materiales, analizamos que eso se debía a la combinación de varios factores, entre ellos, la crisis de dirección del imperialismo (iniciada por la derrota de Bush y no cerrada por el primer gobierno de Obama), por un lado, y las tendencias parasitarias y especulativas más estructurales de esa burguesía, por el otro.

La crisis de dirección puede empezar a resolverse con la elección de Obama. Pero su próximo gobierno deberá necesariamente pactar su política con los republicanos en el Congreso (es además lo que pide la burguesía yanqui). Esto dará un “plan de ajuste amortiguado”, exigido además por el “abismo fiscal” (obligación legislativa de reducir los gastos del Estado votada este año por presión de los republicanos), matizado con algún aumento de impuestos a los ricos y algunas concesiones menores a las masas. Este tipo de plan (reducción del gasto estatal) tendrá necesariamente un efecto recesivo.

China lo mismo
China también está desacelerándose. Por un lado, continúa acumulando problemas estructurales como la inflación y el alza de salarios que erosionan su competitividad. Por el otro, la revaluación de su moneda (el yuan) también actúa en este sentido pero, a la vez, es considerada insuficiente por el imperialismo que presiona por una mayor.


A eso debe sumarse que varias de sus ramas centrales tenían una situación de superproducción. En el curso de la crisis, el país mantuvo su crecimiento con una política de tipo keynesiana (crédito barato y gasto público) que ahora parece estar llegando a su límite, erosionada por la disminución de las inversiones extranjeras (especialmente de Europa) y por la tendencia a la caída de las exportaciones.

Aunque su peso en el crecimiento de la economía mundial sigue siendo muy alto, lentamente, va dejando de ser un “motor alternativo”, lo que se acentúa con la desaceleración que también vive la India. Eso impactará sobre ciertos países exportadores de materias primas,.

Malos vientos para Latinoamérica
Un elemento nuevo es que la crisis comienza a entrar, más o menos aceleradamente, en países exportadores de materias primas que hasta ahora, salvo una caída en 2009, casi no habían sentido la crisis internacional.
Es el caso de Argentina y Brasil. En Argentina, la crisis ya impacta, la economía prácticamente no creció entre el segundo y el tercer trimestre, y la industria ya está retrocediendo, por el freno de las exportaciones a Brasil. Esto desnuda y agrava problemas estructurales como la alta inflación (25 a 30% anual), el déficit energético y el alto gasto en importaciones que genera, el creciente déficit fiscal, etc. Esto ha obligado al gobierno de Cristina Kirchner a buscar avanzar con duras medidas de ajuste, como los ataque al salario y a las condiciones laborales de los empleados públicos y también al aumento de tarifas de los servicios. Lo que genera una fuerte respuesta de los trabadores, como evidenció el reciente paro nacional y las movilizaciones del 20 de noviembre.

La economía de Brasil también está frenándose aceleradamente. Disminuyen las exportaciones de minerales a China y Oriente, y las de productos industriales a Latinoamérica. La política de incentivos al mercado interno, a través de la reducción de impuestos al consumo, está llegando a su límite. Al mismo tiempo, la devaluación del real y la baja de la tasa de intereses, que estratégicamente favorecen a la industria y a las exportaciones, han provocado en lo inmediato una disminución del flujo internacional de “capitales rápidos” al sistema financiero y, con ello, el freno de un elemento que actuaba como impulsor del comercio y la economía en su conjunto.

La situación fiscal del país (deuda pública) y su relación con el presupuesto es mala y, si se acentúa el deterioro de la economía, va a comenzar a pesar cada vez más. La inflación es mucho menor que la de Argentina (5%), pero es real e impacta sobre la economía popular. Aunque de modo más amortiguado que su vecino, también hay ataques a los trabajadores estatales, un achatamiento del salario mínimo y se preparan ataques más fuertes en el sector privado a través de la posible aprobación del ACE (derecho de las empresas y sindicatos de rebajar a nivel de empresa los convenios salariales y laborales nacionales). Se preanuncian así, nuevas y más fuertes luchas.

Fuente: Mas cerca de la crisis- LIT CI

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