lunes, 25 de junio de 2012

El fracaso anunciado de Río+20


Escrito por PSTU de Brasil - www.pstu.org.br



Veinte años después de una de las mayores conferencias ambientales del mundo, la ECO-92, los resultados no podrían ser peores para el medio ambiente. Cada día, 25 especies desaparecen de la Tierra. Hasta el fin de este siglo, la temperatura promedio en la Tierra debe subir entre 1,8º y 4ºC. Sigue el calentamiento global y el derretimiento de los glaciares. Los gobiernos tratan de descargar la culpa  de los problemas ambientales en la población, cuando apenas el 4% de la emisión de gases, responsables por el efecto estufa, están ligados al desperdicio o basura individuales. Los otros 96% están relacionados, principalmente, con la gran producción industrial.

Nosotros, trabajadores, somos víctimas de esa situación. Sufrimos las consecuencias de la desforestación y de la contaminación de ríos y mares; ingerimos agrotóxicos y peces contaminados. Por su parte, los más pobres son los más expuestos a inundaciones y deslizamientos. Los reales responsables por el daño ambiental son las grandes corporaciones, bancos, latifundios y gobiernos -que financian y lucran con la degradación. En tanto no atacamos el problema en su raíz, seguiremos rumbo a la barbarie.

Río+20, como todas las conferencias ambientales organizadas por la ONU, fue un verdadero fracaso. Los gobiernos son financiados en sus millonarias campañas electorales por las grandes empresas contaminantes y, después, actúan en defensa de las ganancias de esas mismas empresas. Una conferencia realizada por la ONU, que está formada por esos gobiernos, no puede solucionar los problemas ambientales. Barack Obama y Angela Merkel, incluso, no participan del evento. Por todo eso, durante la conferencia, participamos con otros movimientos sociales del mundo en la Cumbre de los Pueblos, evento paralelo y crítico a Río+20. La dirección de la Cumbre no asume con claridad un programa socialista para el medio ambiente. Es esa la propuesta que el PSTU ofrece a los activistas presentes.


Contra la injusticia social y la crisis ambiental, ¡nuestra lucha es por el socialismo!

Las condiciones de vida de la humanidad están amenazadas. Hoy, todos los países del mundo tienen gobiernos obedientes al poder económico de las grandes empresas, de los bancos y de los latifundistas. Estos buscan aumentar, cada vez más, su ganancia, aunque al costo del agotamiento de los recursos naturales de nuestro planeta.


En el capitalismo, la competencia y el mercado son los que determinan qué va a ser producido, y en qué cantidad. No importa la necesidad de la mayoría y ni la capacidad de la Tierra de sustentar tal producción. O sea, la lógica capitalista es inconciliable con una verdadera preservación del medio ambiente. Una empresa que, supuestamente, colocase la preservación ambiental por encima de la ganancia, sería luego “devorada” por todas las otras, porque la competencia, siempre, lleva a una concentración, cada vez mayor, de riquezas en manos de los que lucran más. No podemos creer que los gobiernos puedan regular ese mecanismo, porque esos mismos gobiernos, en todo el mundo, están financiados por las empresas.

Es por eso que el PSTU defiende al socialismo. Para que todo lo que se produzca esté de acuerdo con las necesidades de la mayoría de las personas, lo que incluye la preservación del medio ambiente y de la vida en el planeta. A través de comités democráticos de dirección de las empresas, por parte de los trabajadores, la producción sería controlada al servicio del bienestar de todos. De esta forma, la humanidad no sería más rehén de un puñado de capitalistas y de sus políticos de alquiler, que destruyen nuestras condiciones de vida y nos amenazan con una catástrofe ambiental cada vez más inminente.


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