El pasado 28 de diciembre el Poder Ejecutivo promulgó la ley
que establece la
Universidad Tecnológica (Utec). La Utec funcionará, en teoría,
como un ente autónomo con un Consejo Directivo Central (CDC) que tomará las
decisiones y estará liderado por un rector. Se organizará en Institutos
Tecnológicos Regionales en el interior del país que contarán cada uno con un
director y Consejos de Centro.
El rector será elegido por los tres órdenes: docentes,
estudiantes y egresados. Además de los dos representantes de estudiantes y dos
de docentes, habrá un representante de los trabajadores y uno de los
empresarios, designados por las organizaciones más representativas. Este nuevo
componente pone de evidencia la inclinación hacia el mercado de la nueva
universidad, que dejará entrar empresarios con voz y voto. Serán elegidos por
un procedimiento que establecerá el Poder Ejecutivo, rompiendo con la autonomía
de la que siempre gozó la universidad en Uruguay.
Además Cada Instituto
Tecnológico regional tendrá en su consejo un representante de estudiantes, uno
de docentes, uno de los trabajadores y uno de los empresarios y tendrán voto el
director y subdirector, lo que demuestra una superioridad numérica por parte de
la dirección frente a los otros órdenes.
El Poder Ejecutivo nombró un CDC provisorio para la
instalación de la Utec.
Serán María Antonia Grompone, Pablo Chilibroste y Rodolfo
Silveira. Ninguno de los nombres propuestos desde la Universidad de la República fue tenido en
cuenta. Los cargos, que durarán tres años, son de confianza del presidente y
afines al oficialismo.
Rodolfo Silveira,
miembro del CDC provisorio, dijo a la
Diaria que “Una currícula muy enciclopedista lleva mucho
tiempo y hay gente que necesita trabajar”. Agregó: “Hay que lograr que egrese
gente de nivel terciario universitario al mercado laboral a los 24 o 25 años.
No podemos tener egresados recién a los 30 años.”
Silveira declaró en El Espectador que se tendrán en cuenta
también nuevos sectores como “las energías alternativas, el medio ambiente y
algunos megaemprendimientos como el puerto de aguas profundas, la megaminería,
o las prospecciones que está haciendo Ancap para buscar combustibles fósiles”.
Las nuevas autoridades han declarado públicamente que la
currícula de la Utec
estará formulada en base al mercado, favoreciendo una educación mercantilista y
sin enfoque crítico. Las asignaturas y planes de estudio se armarán en consulta
con las empresas y para las empresas.
La ley establece también prácticas estudiantiles y pasantías
basadas en un régimen de contratos chatarra, donde las empresas utilizarán
estudiantes para cubrir puestos por un tiempo limitado. Se reproduce de esta
manera un problema que ya existe en la UdelaR , el uso de pasantes con sueldos mínimos
cubriendo puestos que podrían ser fijos.
Por otro lado, no se tuvo en cuenta el presupuesto
necesitado para la creación de una nueva universidad. En este marco el pedido
de un 6% del PBI para la enseñanza se hace más vigente que nunca. No solo la
universidad no cuenta con un presupuesto acorde sino que se siguen creando
instituciones que implican gastos extra.
Wilson Netto,
presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional
de Educación Pública (ANEP) aseguró que la discusión no debe centrarse en el
tema del presupuesto. “El presupuesto se jerarquizará en función de las
expectativas y desafíos que tenga el país y se encontrarán los espacios para
poder atenderlos”, indicó.
Sin embargo, en una educación terciaria con claras carencias
presupuestales, atender nuevos gastos es imposible. En el proyecto de
Universidad Tecnológica no se vieron reflejados los pedidos de la UdelaR ni de los
estudiantes, quienes deberían ser actores claves en la formulación de un
proyecto de nueva universidad. En este marco es necesario reivindicar una
educación de calidad, gratuita, crítica y no mercantilista, así como un mayor
presupuesto para la educación.
¿Qué tipo de educación queremos?
La educación, para ser de calidad, debe cumplir con ciertas
pautas presupuestales y de contenido. La universidad siempre tuvo como uno de
sus pilares fundamentales la autonomía, pero la dependencia en cuanto al
presupuesto hace difícil esta premisa. El dinero no solo es reducido sino que
debe compartirse con institutos de formación militar y policial, políticas del
Mides y el Plan Ceibal. En las escuelas y liceos la situación no es mejor,
precisando mejoras en los edificios y en los sueldos.Por otro lado la educación
sigue bajo el ojo de organismos internacionales como el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) que a través de programas especí-ficos en las instituciones
controlan contenidos, como por ejemplo la financiación brindada al Plan Ceibal
durante el año 2009.
La educación no debería seguir una lógica mercantil donde
los planes de estudio sean pautados por las empresas o institu-ciones
financieras que piensan la educación en base al mercado. Las instituciones
deben ser sitios de reflexión de acuerdo a una mentalidad crítica y
conocimiento para la sociedad.Finalmente, la gratuidad es otro pilar
fundamental de la educación, permitiendo el acceso de todos los individuos sin
ningún tipo de restricción.
Fuente: Rebelión nº20 - DEBATE: escrito por estudiantes de
Comunicación. Marzo de 2013
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