jueves, 7 de marzo de 2013

UTEC: Nueva universidad, viejos intereses

Mercantilización de la enseñanza: Empresarios al Cogobierno y educación para el mercado.

El pasado 28 de diciembre el Poder Ejecutivo promulgó la ley que establece la Universidad Tecnológica (Utec). La Utec funcionará, en teoría, como un ente autónomo con un Consejo Directivo Central (CDC) que tomará las decisiones y estará liderado por un rector. Se organizará en Institutos Tecnológicos Regionales en el interior del país que contarán cada uno con un director y Consejos de Centro.

El rector será elegido por los tres órdenes: docentes, estudiantes y egresados. Además de los dos representantes de estudiantes y dos de docentes, habrá un representante de los trabajadores y uno de los empresarios, designados por las organizaciones más representativas. Este nuevo componente pone de evidencia la inclinación hacia el mercado de la nueva universidad, que dejará entrar empresarios con voz y voto. Serán elegidos por un procedimiento que establecerá el Poder Ejecutivo, rompiendo con la autonomía de la que siempre gozó la universidad en Uruguay.

 Además Cada Instituto Tecnológico regional tendrá en su consejo un representante de estudiantes, uno de docentes, uno de los trabajadores y uno de los empresarios y tendrán voto el director y subdirector, lo que demuestra una superioridad numérica por parte de la dirección frente a los otros órdenes.

El Poder Ejecutivo nombró un CDC provisorio para la instalación de la Utec. Serán María Antonia Grompone, Pablo Chilibroste y Rodolfo Silveira. Ninguno de los nombres propuestos desde la Universidad de la República fue tenido en cuenta. Los cargos, que durarán tres años, son de confianza del presidente y afines al oficialismo.

 Rodolfo Silveira, miembro del CDC provisorio, dijo a la Diaria que “Una currícula muy enciclopedista lleva mucho tiempo y hay gente que necesita trabajar”. Agregó: “Hay que lograr que egrese gente de nivel terciario universitario al mercado laboral a los 24 o 25 años. No podemos tener egresados recién a los 30 años.”

La Utec tendrá como cometido “formar emprendedores y profesionales que brinden su apoyo a proyectos empresariales innovadores a través de incubadoras de empresas.”

Silveira declaró en El Espectador que se tendrán en cuenta también nuevos sectores como “las energías alternativas, el medio ambiente y algunos megaemprendimientos como el puerto de aguas profundas, la megaminería, o las prospecciones que está haciendo Ancap para buscar combustibles fósiles”.

Las nuevas autoridades han declarado públicamente que la currícula de la Utec estará formulada en base al mercado, favoreciendo una educación mercantilista y sin enfoque crítico. Las asignaturas y planes de estudio se armarán en consulta con las empresas y para las empresas.

La ley establece también prácticas estudiantiles y pasantías basadas en un régimen de contratos chatarra, donde las empresas utilizarán estudiantes para cubrir puestos por un tiempo limitado. Se reproduce de esta manera un problema que ya existe en la UdelaR, el uso de pasantes con sueldos mínimos cubriendo puestos que podrían ser fijos.

Por otro lado, no se tuvo en cuenta el presupuesto necesitado para la creación de una nueva universidad. En este marco el pedido de un 6% del PBI para la enseñanza se hace más vigente que nunca. No solo la universidad no cuenta con un presupuesto acorde sino que se siguen creando instituciones que implican gastos extra.

 Wilson Netto, presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) aseguró que la discusión no debe centrarse en el tema del presupuesto. “El presupuesto se jerarquizará en función de las expectativas y desafíos que tenga el país y se encontrarán los espacios para poder atenderlos”, indicó.

Sin embargo, en una educación terciaria con claras carencias presupuestales, atender nuevos gastos es imposible. En el proyecto de Universidad Tecnológica no se vieron reflejados los pedidos de la UdelaR ni de los estudiantes, quienes deberían ser actores claves en la formulación de un proyecto de nueva universidad. En este marco es necesario reivindicar una educación de calidad, gratuita, crítica y no mercantilista, así como un mayor presupuesto para la educación.

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¿Qué tipo de educación queremos?

La educación, para ser de calidad, debe cumplir con ciertas pautas presupuestales y de contenido. La universidad siempre tuvo como uno de sus pilares fundamentales la autonomía, pero la dependencia en cuanto al presupuesto hace difícil esta premisa. El dinero no solo es reducido sino que debe compartirse con institutos de formación militar y policial, políticas del Mides y el Plan Ceibal. En las escuelas y liceos la situación no es mejor, precisando mejoras en los edificios y en los sueldos.Por otro lado la educación sigue bajo el ojo de organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que a través de programas especí-ficos en las instituciones controlan contenidos, como por ejemplo la financiación brindada al Plan Ceibal durante el año 2009.

La educación no debería seguir una lógica mercantil donde los planes de estudio sean pautados por las empresas o institu-ciones financieras que piensan la educación en base al mercado. Las instituciones deben ser sitios de reflexión de acuerdo a una mentalidad crítica y conocimiento para la sociedad.Finalmente, la gratuidad es otro pilar fundamental de la educación, permitiendo el acceso de todos los individuos sin ningún tipo de restricción.
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Fuente: Rebelión nº20 - DEBATE: escrito por estudiantes de Comunicación. Marzo de 2013

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